Hace unos 5.000 años, en los inicios del Calcolítico de Andalucía Occidental, el Río Guadalquivir descomponía su curso varias docenas de kilómetros arriba de su actual desembocadura.
En un largo período de casi dos milenios, el arrastre de materiales fluviales crea islotes y una ramificación de brazos fluviales que con el paso del tiempo han concurrido en tres o cuatro.
Es a primeros del Primer Milenio cuando los cauces del río se estabilizan y su brazo más occidental se desplaza por el aporte de materiales, surgiendo una larga isla que abarca las actuales zonas de La Cartuja, Triana-Los Remedios y la dehesa de Tablada.
No se sabe con certeza si a consecuencia de la guerra entre Leovigildo y Hermenegildo o de la ampliación del perímetro amurallado de los Almorávides (hasta las actuales murallas de la Macarena), el curso más oriental del río es separado de la actual dársena por un muro de defensa que ampliará el cauce de ésta y convertirá aquel en una larga laguna que perdura hasta el siglo XVI, lo que permite la expansión de la ciudad hacia el Oeste.
Paralelamente se construye el Castillo de Triana (posteriormente Palacio de Al Zahir de Al Motamid y Castillo de San Jorge) donde actualmente se encuentra el mercado, para proteger la ciudad de ataques procedentes del Oeste.
Como parte del sistema defensivo se crea una muralla y un canal de agua desde Chapina hasta la Plaza de Cuba por la actual Calle Pagés del Corro.
Según el argot trianero se conoce esta calle como "La Cava". Al espacio entre esta Cava y el brazo occidental del río se denomina "Vega de Triana", por tratarse de un suelo idóneo para el cultivo del regadío.
En la época contemporánea se elevará el malecón de la calle Betis, se desecará la Cava para su urbanización y se elevár un muro de defensa para proteger el arrabal de las inundaciones, poblándose por la zona liberada entre ambas.

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